Las grandes capitales tienen multitud de opciones de turismo, gastronomía, escapadas… y también de compras. Poder entrar en un centro comercial de lujo puede convertirse en toda una experiencia, al igual que acceder a las tiendas más glamourosas, con escaparates de las firmas más exclusivas. París, Milán, Nueva York o Madrid… Toda una oda a los sentidos con un orden y un estilo muy estudiado, dispuesto a satisfacer las inquietudes de los compradores más exigentes.

“Trabajamos habitualmente con multitud de firmas que nos piden cubrir todo su proyecto: desde el concepto o el diseño, hasta la fabricación e implantación del mismo”, asegura David Tirado, director de la unidad de negocio de Interiorismo y Equipamiento de Moinsa

Lo que hay detrás de una exposición de lujo es el trabajo habitual de un estudio minucioso del espacio y de la aspiración del cliente concreto para llegar a resolverlo de forma satisfactoria.

“Llevamos 50 años en el sector, pero no paramos de renovarnos y aprender de cada proyecto. En el caso del lujo, hacemos el mismo trabajo exquisito de siempre, con la mirada puesta en generar un recuerdo muy sensorial pero permanente, en el cliente final”.

“Lo que hay detrás de una exposición de lujo es el trabajo habitual de un estudio minucioso del espacio y de la aspiración del cliente concreto para llegar a resolverlo de forma satisfactoria”.

Así, el trabajo engloba también conocer al cliente y conectar con él, generándole simultáneamente ganas por el producto, la firma y el espacio y una sensación de pertenencia a lo que está percibiendo, sin perder el halo de privilegio. En Moinsa hemos colaborado en la puesta en marcha de la última exposición exclusiva de Cartier en Madrid.

Una exposición alojada en el corazón de Madrid, de tres semanas de duración, destinada a embriagar los sentidos de clientes muy especiales, con una venta personalizada. Beautés du Monde, la nueva colección de alta joyería de la firma francesa Cartier, quería mostrar la esencia infinita de la belleza a través del diseño, la geometría y la abstracción, y así se trabajó todo lo que rodeaba a los productos expuestos.

“Poder llegar a un cliente así supuso un trabajo muy detallado en cuanto a proyección de las motivaciones experienciales: la ambientación y construcción de este espacio tenía que ir alineado con la emoción”.

Para llevar a cabo este trabajo, colaboramos con EMPTY, referente en el desarrollo de proyectos singulares, a la hora fabricar e instalar, con el mayor mimo y exquisitez, el conjunto de hornacinas y revestimientos según las calidades acordadas y exigidas por la firma de lujo.

“En esta puesta en marcha todo es importante poder mantener el equilibrio con los partners y tener un objetivo común para conseguir, como en el caso de Cartier, no solo una exposición de calidad y diseño excelente, sino todas las zonas que rodean los productos que generan el interés, que también configuran la experiencia total”, concluye David Tirado.

En este y los demás proyectos, en Moinsa contamos con un equipo propio de creativos, expertos en materiales, producto técnico, asesores de iluminación… que convierten las necesidades del cliente en realidad, gracias a la escucha y la empatía.